sábado, 26 de junio de 2010

Análisis de las etapas











Material de Viaje


A continuación detallamos todos los materiales que llevamos en nuestro camino y que después de nuestra experiencia recomendamos a todos los que se embarquen en esta aventura.

ROPA
- 2 pares de calcetines bici.
- 2 culottes cortos.
- 2 maillots manga corta.
- 1 camiseta manga larga térmica.
- 1 chaqueta para-vientos.
- 1 chaqueta bici invierno (a primeras horas de la mañana en algunas zonas hay bajas temperaturas aunque hemos hecho el viaje a finales de junio).
- 2 calzoncillos.
- 2 buffs (cuello y cabeza).
- 1 guantes verano bici.
- 1 casco.
- 1 gafas de sol para ir en bici.
- 1 toalla pequeña tipo decathlon.
- 1 pantalón tipo bermuda para descanso.
- 1 camiseta manga corta para descanso.
- 1 calzado para descanso.
- 1 jersey manga larga descanso (en algunas zonas al atardecer hacía más fresco).
- 1 impermeable.

BOTIQUÍN
- Aspirinas o Ibuprofeno.
- Strepsils para el cuello.
- Tiritas.
- Esparadrapo.
- Gasas.
- Yodo.
- Vaselina.
- Pomada para golpes.
- Crema solar.

HERRAMIENTAS
- 1 tronchacadenas.
- 1 eslabón cadena.
- 1 bote pequeño de aceite para cadena y cambio.
- 3 cámaras de repuesto.
- Bridas.
- 1 multiherramienta bici.
- 1 cinta aislante.
- 1 llave inglesa pequeña.
- 1 cubierta rueda plegable.

OTROS
- 1 candado.
- 2 bidones para la bici.
- 1 navaja multiusos.
- 4 pinzas para colgar la ropa.
- 1 rollo de papel higiénico.
- 1 bote champú para cabello pequeño.
- 1 tubo pasta dientes pequeño.
- 1 cepillo de dientes.
- 1 peine.
- 1 cámara de fotos.
- 1 botecito con jabón lavar ropa.
- Desodorante.
- 1 cargador de móvil.
- 1 Gps + 4 pilas (no es necesario pero en nuestro caso nos gusta analizar los tracks de las rutas).
- Barritas energéticas y bebidas isotónicas.
- Alforjas y fundas para protección en caso de lluvia.
- 1 bolsa para colocar en manillar para documentación, cámara de fotos, móvil, ....
- 1 piedra para dejarla en la Cruz de Ferro.

DOCUMENTACIÓN
- DNI.
- Tarjeta de crédito.
- Efectivo.
- Tarjeta seguridad social.
- Credencial del peregrino.

viernes, 25 de junio de 2010

Compostela y Credencial del Peregrino















Sexto día - Arzúa - Santiago de Compostela (23/06/2010)

Nos levantamos por la mañana con el pensamiento en que era la última etapa de nuestra aventura y que después de los rodado, 39 km. que era el total de la etapa hasta Santiago eran como un paseo.

Desayunamos con Vicente tal y como habíamos quedado la noche anterior y antes de partir Piri tuvo una conversación con los 3 bicigrinos que habían llegado la tarde anterior. Resultó que eran dos señores holandeses y uno canadiense de unos 70 años que llevaban 2.500 km. de camino en bicicleta. Habían salido hacía 5 semanas de Holanda y tenían previsto llegar hoy como nosotros a Santiago. Nos dejaron con la boca abierta, si nosotros creíamos que habíamos hecho una proeza a su lado eramos unos aficionados del camino.

Emprendimos la marcha hacia Santiago a las 8:00 y a esa hora ya hacía una calor insoportable, del frío matinal de León a la calor de Galicia había una diferencia abismal. La mayoría del camino transcurría entre bosques de eucaliptos que nos regalaban una sombra para soportar mejor la calor que hacía. Los últimos kilómetros se hacían interminables porque ya veíamos el final del camino y cada 500 metros había una piedra con un grabado que nos indicaba la distancia que quedaba para el final. Fueron un sinfín de subidas al sol que se hacían interminables pero nos empujaba que estábamos a 4 pedaladas del Santiago.




Vicente se empeñó en rellenar con todos los sellos posibles la credencial y nos hizo para en cada bar, cafetería, camping, iglesia, colegio o cualquier otro lugar donde poder conseguir un sello.







Al llegar al Monte do Gozo, que por cierto, aún estamos buscando el monte, encontramos una gran cantidad de peregrinos con una cara sonriente porque estábamos tan solo a 4 km. de Santiago y veíamos que llegábamos al lugar que tanto nos había costado alcanzar.

De nuevo vimos a Rafa el cordobés y nos saludamos con la misma alegría de siempre, o en este caso más porque Santiago estaba a la vuelta de la esquina.

Descendimos desde el Monte do Gozo y en pocos minutos llegamos a la entrada de Santiago. Seguimos las indicaciones de las flechas que durante todo el camino nos habían orientado y llegamos a la plaza do Obradoiro. Nos encontramos con el holandés de esta mima mañana y nos hizo unas fotos a Piri, Vicente y a mi como recuerdo del final del camino.




Fuimos a la oficina del peregrino a recoger nuestra compostela que al contrario de lo que nosotros pensábamos, solamente tardamos 5 minutos en conseguirla.







Nos hicimos unas cervezas con Vicente para celebrarlo y nos despedimos de él que continuaba su camino hasta Vigo. Realmente resultó ser un buen compañero de viaje.

Nuestro final de fiesta fue la cena que nos pegamos Piri y yo de pulpo a la gallega y arroz con marisco con un buen vino en el caso de Piri.

Quinto día - Loyo (Portomarín) - Arzúa (22/06/2010)

A las 8 habíamos quedado con Vicente para emprender la marcha, eso sí, sin desayunar, porque el dueño de la pensión para dar un mejor servicio no abre hasta las 11:00, no sabemos que peregrino va a esperar hasta esa hora para desayunar y comenzar la jornada, pero esa era la política del negocio de este señor.

Avanzamos con el fresco y la abundante niebla hasta Portomarín, unos 4 km., que particularmente en mi caso sin haber desayunado no me hacía ninguna gracia empezar a pedalear.

Al llegar a Portormarín en el primer bar que vimos entramos a desayunar. Tino el propietario muy amablemente y de muy buen humor nos sirvió unos cafés y unas tostadas que fueron como un regalo. Al estar desayunando los 3, vimos entrar por la puerta a José Manuel el de Gijón, que de nuevo provocó una alegría y unas risas en nosotros. Él había salido esa misma mañana desde Sarria y llevaba ya unos 24 km. de camino entre la gran cantidad de niebla que había a esas horas de la mañana en esa zona.

Desayunamos juntos y empezamos el ascenso de los 11 km. de subida entre la niebla. A partir de esta zona empezamos a ver gran cantidad de peregrinos a lo largo de todo lo que restaba de camino, cosa que en las etapas anteriores no había sido así, ya que acostumbrábamos a ver solo de vez en cuando a algún peregrino caminando solo o a pequeños grupos.


Casi al final de la subida conocimos a otro bicigrino que le bautizamos como el "Italiano", rodó varios km. con nosotros pero se quedó atrás en una de las subidas. Simpático el chico e inocente, pues nos dijo que Italia en el mundial como siempre a trancas y barrancas llegaría a la final y ganaría, como vimos días después fue eliminada en la primera ronda.

A partir de esta zona empezó el camino más bonito de todo lo que llevábamos recorrido, era la auténtica Galicia. Avanzábamos entre bosques de eucaliptos con el fresco de las sombras durante gran parte del recorrido.



En Palas del Rei hicimos una parada para coger fuerzas con un buen bocadillo y curiosamente nos sellaron la credencial del Peregrino en el cuartel de la Guardia Civil. Desde aquí hasta Arzúa el camino entre bosques era un auténtico rompe piernas con cambios de bajadas y subidas constantes. Como los últimos días a partir de las 12 del mediodía la calor era insoportable, bebíamos litros y litros de líquidos sin que nos quitará la sed.


Al llegar a Arzúa coincidimos de nuevo con el de Gijón, que después de 70 km. nos costó convencerlo para que finalizara la etapa allí y que no continuara, porque su intención era de avanzar varios km. más. Realmente un personaje admirable.

Piri y yo decidimos cambiar la pensión donde íbamos a dormir que no nos hizo mucha gracia por un hostal de reciente inauguración que por precio y servicio era imposible negarse a quedarse en aquel lugar a descansar (Pensión-Restaurante O Retiro). Vicente al tener que pagar una habitación individual y tener mayor coste que nosotros al compartir habitación decidió ir a otra pensión más económica pero quedando a cenar con nosotros. Llegaron antes de cenar un grupo de bicigrinos de avanzada edad que al igual que nosotros decidieron quedarse en el mismo alojamiento.

Cuarto día - Herrerías - Loyo (Portomarín) (21/06/2010)

Nos levantamos a las 7:30 y a las 8:00 tal y como habíamos quedado la noche anterior con el dueño de la posada nos preparó un desayuno para coger fuerzas y realizar la dura subida a O Cebreiro.

Comenzamos la ruta bien abrigados por el fresco que hacía pero en cuanto llevábamos 2 Km. de subida nos sobraba toda la ropa. La subida a O Cebreiro era tan dura como nos habían explicado, pero nosotros poco a poco sin agobios fuimos subiendo hacia la cima con menos sufrimiento del que esperábamos. Volvimos a agradecer los últimos 6 meses de entrenamiento. A mitad de la subida nos volvimos a encontrar con Rafa el cordobés empujando la bici cuesta arriba, era la segunda vez que nos encontrábamos con él durante nuestro camino. Al llegar a la cima de O Cebreiro nos encontramos con José Manuel "el de Gijón", un bicigrino de 66 años que venía desde Roncesvalles y si de algo nos vamos a acordar de él, es de lo positivo y "cachondo" que es. Al de Gijón nos lo encontraríamos durante todo nuestro camino y siempre con un buen humor admirable.








Empezamos el descenso con una alegría en el cuerpo porque habíamos superado el mayor de nuestros miedos, subir O Cebreiro, y a partir de entonces pensábamos que habíamos hecho lo peor y que el resto visto lo visto sería mucho más cómodo. Nada que ver con la realidad, al poco de descender hay una gran subida, el Alto do Poio, que nos puso en nuestro sitio recordándonos que el camino no es fácil hasta que llegas a Santiago.




A partir del Alto do Poio empezó la bajada por carretera más larga y rápida que habremos realizado nunca, una bajada interminable y a una velocidad que te pasaba por la cabeza si las bicis tipo mountain bike estaban hechas para esas velocidades. Al final de la bajada entramos en un pueblo que no recuerdo el nombre y paramos a comprar en un super comida y bebida que al momento nos tomamos en un parque. Al estar descansando vimos pasar al de Gijón acompañado de un nuevo bicigrino que no habíamos visto en todo el camino y que en cuanto nos vió pararon las bicis y vinieron donde estábamos nosotros. Como siempre al encontrarnos con otros bicigrinos la alegría que nos provoca es inexplicable, y más si se trata de José Manuel, siempre con el mismo buen humor. El otro bicigrino era Vicente que tenía 40 años y era de Vigo, a partir de este momento el fue nuestro nuevo compañero de viaje hasta Santiago. Era un portento físico, cuando nosotros subíamos apurados lo veías a él hablando y dando vueltas en redondo con la bici para esperarnos de lo sobrado que iba. Al momento apareció Rafa el Cordobés que no dudó en parar a saludarnos y nos hicimos unas fotos los 4 juntos.

Reanudamos la marcha los 4 pero en cuanto hubo una pendiente Rafa y José Manuel se quedaron atrás, Vicente, Piri y yo continuamos sin parar hasta Sarria por una carretera asfaltada de subidas y bajadas. En principio Sarria era el final de la etapa que nos habíamos planteado, pero entre los 3 decidimos avanzar unos 15 km. que resultaron ser 20 ya que el hostal que Piri y yo habíamos localizado no nos convenció del todo. Estos últimos 20 km. fueron muy machacantes debido a la calor de las 3 de la tarde, las constantes subidas y bajadas por asfalto, la sed y que hacía pocos días que habían asfaltado de nuevo la carretera y el alquitrán echaba un olor insoportable y además provocaba una mayor temperatura. Todos estos inconvenientes me provocaron un desvanecimiento físico que al parar en un pueblo, tuve que beber urgentemente una Coca Cola y comerme una barrita energética para evitar la típica pájara que ya estaba viendo venir. Descansamos 10 minutos y avanzamos 4 km. hasta Loyo, donde encontramos habitación en una pensión que mejor no nombrarla por lo sucia, dejada y pocos servicios de que disponía sin nombrar la poca simpatía de los propietarios. Cenamos viendo el partido del mundial España-Honduras (2-0) y nos fuimos a dormir, eso sí, sin ver la tele porque habían robado los TDT y el dueño nos dijo que para que iba a comprar más si se los volverían a robar.

Tercer día - Rabanal del Camino - Herrerías (20/06/2010)

Después de 10 horas durmiendo (de 21:00 a 7:00) nos levantamos y desayunamos café con leche y tostadas. Piri se hinchó a comer miel que por lo visto es su mejor combustible. El dueño del hostal muy amable nos dio conversación y nos recomendó que para subir a la Cruz de Ferro siguiéramos la carretera evitando el camino sin asfaltar porque tenía mucha dificultad y al ser estrecho molestariamos a los peregrinos que iban caminando.
Empezamos la marcha a las 8:30 con 10 Km. de subida hasta la Cruz, que tal y como nos habían dicho era algo dura, pero la verdad, es que nos dimos cuenta de que el entrenamiento que habíamos realizado los últimos 6 meses habían servido de mucho.
Al llegar a la Cruz, al igual que los demás peregrinos dejamos nuestras piedras, que en mi caso estaban escritos los nombres de mi familia.
Coincidimos con dos bicigrinos que acababan de llegar y nos hicieron reír bastante con el buen humor que llevaban. A parte de ellos llegaron 4 bicigrinos más y uno de ellos soltó un comentario de que los auténticos bicigrinos subían por el camino original y no por el asfalto como habíamos hecho nosotros. La verdad es que nos molestó el comentario al menospreciar nuestro esfuerzo. Tres de estos bicigrinos nos los fuimos encontrando en diversos puntos del camino y por lo visto no llevaban muy bien que Piri y yo les adelantáramos de vez en cuando.



A partir de aquí empezó un descenso hasta Molinaseca que fue un subidón, 15 km. de bajada a toda velocidad sin necesidad de pedalear. En Molinaseca conocimos a Rafa, un cordobés que estaba en el grupo de los 4 de la Cruz de Ferro y nos explicó que él hacía el camino sólo pero que quedaba a dormir con los otros 3 que vimos en la Cruz.
Fuimos a Ponferrada y desayunamos un bocadillo vegetal tipo Ponferrada, porque no se que entendió la camarera pero lo que nos trajo no tenía nada que ver con un bocadillo vegetal.


De Ponferrada a Vilafranca del Bierzo fue algo pesado, la calor, los últimos 5 km. de duras subidas, el peso de las alforjas y el cansancio en las piernas nos empezaban a afectar. Suerte que en los lugares más inesperados encontrabas a alguien que te vendía refrescos y fruta y te daba un respiro al cuerpo para poder continuar el camino.

Llegamos a Vilafranca del Bierzo que era el destino final de la etapa que nos habíamos planeado para la jornada pero después de unos refrescos y unos plátanos nos encontramos bastante mejor y decidimos avanzar 20 km. más para que el día siguiente que teníamos la subida a O Cebreiro fuese menos dura al adelantar kilómetros.
Al llegar a Ferrerias paramos en una posada que cuando Piri vio el nivel se quedó preocupado por el sablazo que nos podían meter al dormir y cenar allí. Visto los precios decidimos dar un paseo por el pueblo y cenar en un bar que por 10,00 € nos pusieron una cena digna de reyes. La dueña y sus hijas nos dieron durante toda la cena todo tipo de explicaciones de que si las obras del bar, que si su hijo era tal y tal.....

Por cierto, antes de entrar a cenar vimos a una bicigrina que nos quitó el hipo a los dos, en dos palabras, im presionante. Por lo visto venía de Rabanal del Camino como nosotros pero se había propuesto llegar hasta O Cebreiro ese mismo día, menuda máquina.